El alumno sueco Leonard Hökby concluyó sus estudios de 2º de bachillerato en el IES MarÃa Soliño
El sueco Leonard Hökby cumplió 18 años en Cangas cursando segundo de Bachiller en el IES MarÃa Soliño. OLa previsión era que regresara a su casa en Gotland, una isla en el Mar Báltico, el dÃa 7, aunque pidió a su familia prolongar dos semanas más su estancia para vivir San Juan. El 27 pone "rumbo" a Suecia. A Cangas regresó ayer LucÃa Graña Molina, desde Estados Unidos en donde ha cursado primero de Bachillerato con una beca de la Fundación Amancio Ortega. Es el ir y venir de alumnos en un cruce de caminos, a nivel mundial, en el que la villa de O Morrazo no es ajena.
"Tú tranquilo" fueron las primeras palabras que en septiembre del año pasado recibió el joven sueco Leonard Hökby cuando su familia de acogida en Cangas- el matrimonio formado por Asun Rodal y José Luis Sotelo, con sus dos hijas-, le recogió en el aeropuerto. Él querÃa información. Iba a realizar un curso de bachiller en el Instituto MarÃa Soliño de esta localidad y se encontraba sólo en un paÃs que desconocÃa y estaba acostumbrado a ser independiente.Como nórdico, no entendió aquella respuesta, reconoce ahora riéndose, nueve meses después de vivir en Cangas y muy contento de la experiencia, hasta el punto que aplazó su viaje de regreso a casa, en la isla de Gotland, en el Mar Báltico. Sus padres tenÃan previsto el billete de regreso para el dÃa 7 de junio, pero pidió aplazarlo para poder disfrutar de las hogueras de San Juan tras las cuales retornará el dÃa 27. Pero asegura que está convencido de que volverá a esta localidad en donde le costó integrarse, pero en donde sintió a gusto consigo mismo y en donde también encontró gente "a la que le gusta quien soy.
Leonard Hökb llegó a Cangas a través de un programa del Gobierno sueco para estudiantes a través del cual pueden viajar 10 alumnos a España a cursar un año. Se podÃan pedir dos condiciones "y yo pedà que estuviera cerca del mar y donde pudiera jugar al tenis de mesa", su gran afición deportiva. No podÃa ser de otra manera que un pueblo de mar para este joven que vive en una isla a tres horas en barco de la penÃnsula. Eligió España porque en su paÃs estudiaba idioma: "El primer idioma es el sueco, después el inglés y como tercer idioma puedes elegir entre alemán, español y francés. En un principio habÃa elegido el francés, pero sólo lo pedimos dos alumnos y tuve que ir a español".
Reconoce que durante los tres primeros años contó con malos profesores pero después tuvo a uno "genial", Lars Lindman, con el que aprendió mucho y le aconsejó el programa en el extranjero. Asegura que cuando le dijeron que iba a Cangas, no sabÃa nada de esta localidad, sà que controlaba Galicia a través del Camino de Santiago, que, por cierto, aprovechó para hacer, durante su estancia en Cangas, en el tramo desde Cebreiro. Dice que la primera referencia que tuvo de Cangas fue a través de Google, y que era un municipio enfrente de una ciudad que se llama Vigo y que habÃa rÃas. Su contemplación desde lo alto del monte es una de las cosas que más le ha fascinado hacer.
En cuanto a los estudios, manifiesta que al principio le incluyeron en la clase de primero de bachiller, pero daban materias que él ya habÃan dado en su paÃs, y se aburrÃa -dice- por lo que le pasaron a segundo. Reconoce que al principio le chocó el comportamiento revoltoso de los alumnos de primero, porque en su paÃs se muestran más maduros y con respecto a la enseñanza cree que el nivel de segundo fue alto. La diferencia con su paÃs es que en Suecia abarcan más materias y aquà se especializan más. En su caso, siempre se inclinó por hacer una IngenierÃa, aunque también está en un momento de cambios, y un dÃa le gustarÃa ir a Oxford o Cambridge a estudiar Derecho o Arquitectura: "La verdad, es que no tengo ni idea", dice riéndose.